martes, 8 de enero de 2019

REYES





Bajo el árbol de Navidad, junto al Belén, y sobre cada uno de los lustrosos zapatos allí depositados esperando a los Reyes Magos ella dejó varios paquetes iguales. Desde el día de la lotería tuvo claro que todos los regalos los compraría en la óptica junto a la administración que, quiso la fortuna, se convertiría en mecenas de sus sueños. Un par de gafas de sol para cada uno de ellos sería el regalo estrella aquellas Navidades. Por contra la “madre de”, “hija de” y “esposa de” una año más, por supuesto, comprobó que en aquel lugar para ella no había presente alguno; ninguno se había molestado. Por eso, al llegar la noche, tras ejercer de paje real, en lugar de dejar sus zapatos junto a los demás se los calzó para salir y no volver.
Por la mañana, después de probarse cada uno de ellos su regalo, y al darse cuenta todos que el desayuno tardaba en llegar, fueron a buscarla a la cocina; pero en el lugar donde era habitual encontrar su presencia solo había dejado una nota. Atrapado contra la puerta del frigorífico por un imán de nevera rezaba en un papel escrito de su puño y letra:
“Me marcho para brillar, os dejo las gafas de sol no os vaya a deslumbrar”
Y así,  tras años viviendo bajó distintas sombras, Reyes se sintió libre para ser quien era de verdad.

4 comentarios:

  1. Se esconde mucha verdad en tu relato. ¡Cuántas madres se preocupan cada año por esas fechas de comprar regalos a todos y nadie se acuerda de ellas? Confío en que Reyes consiguiera brillar con luz propia como nunca antes. ¡Enhorabuena! ¡Feliz 2019!

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  2. Gracias Rebeca por tu comentario, y a ti también ¡Feliz 2019!

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  3. Me ha encantado esta historia....
    Muchísima gente está en esa misma situación... Es triste, pero es cierto. Saludos y hasta pronto.

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