Estuvo tentado de arrancarse las corneas antes de
llegar a casa para quitarse aquellas lentillas de fantasía compradas por
Internet que estaban destrozándole los ojos, ¡Pero de que narices estaban
hechas! Sabía que se había llevado algún animal por delante por el golpe que
sintió en el coche, pero es que no veía nada; menos mal que podía hacer aquel
camino con los ojos cerrados… literalmente. Los compañeros de farra dormían
mientras la mona en el asiento del copiloto y en los traseros. La fiesta de
Halloween en la disco había valido hasta el último céntimo de la entrada.
Dejó a sus socios muy perjudicados en el portal del
piso compartido mientras marchó a aparcar el coche al parking dónde tenía una
plaza alquilada. Alguno dijo que iba a preparar pasta de comer, todos eran de
gusa resacosa.
Tras aparcar y conseguir extraerse, no si gran
dificultad, aquellos plásticos negros sintió un inmenso alivio. Cerró el coche
y revisó el parachoques, debió ser muy grande porque el bollo era importante,
pero que hubiera estado más listo.
Estuvo solo en
todo momento hasta que, al abrirse la puerta del ascensor, se encontró con otro
noctámbulo que subía del segundo sótano hacia la calle como él.
– Buenos días – saludó mecánicamente, sin tan siquiera
mirarle a la cara.
– Buenos días, la fiesta bien, ¿verdad? Con ganas de
volver a casa a descansar supongo.
– Ya lo creo.
– Por eso no has hecho ni mención de parar a ver que
era lo que te has llevado por delante en la carretera.
Y ya no pudo dejar de mirarle fijamente mientras continuó hablándole.
Cuando llegó al piso tenía mudado el rostro.
– ¿Qué pasa tío? – le preguntaron dejando sola la
pasta al fuego.
– De vuelta a casa he matado a un hombre, me lo ha
dicho.
– ¿Quién?
– Él
– ¿Quién es él?
– El muerto
– Si está muerto no te ha podido decir nada.
– Si no estuviera muerto no podría tener esa flanja
negra horizontal cruzándole los ojos, la señal de Sommer me ha demostrado que
no mentía.
– Serían lentillas.
– También me ha dicho que no se va a ir solo de este
mundo… ¿Huele a gas?
Y fue lo último que dijo antes de un explosivo fin de
fiesta grupal.