sábado, 24 de marzo de 2018

DE ESTRELLAS Y ARCO IRIS.



En la mitología griega el arco iris era una diosa mensajera entre el cielo y la tierra llamada Iris. E Iris se hubiera llamado su malograda hija, ahora una estrella en medio del cielo siempre negro en el que transcurrían sus días.
Nunca imaginó que la primera compra que haría tras dar a luz sería una urna funeraria tan pequeña como un tarro de mermelada. Cuando abandonó la maternidad sin su hija entre los brazos jamás pensó que volvería a ser la misma, y mucho menos que reuniría los ánimos suficientes para volver a trabajar como si nunca hubiera pasado nada al mismo lugar donde, mientras graduaba, notó que su embarazo se perdía; y sin embargo ya habían pasado dos meses desde su vuelta.
Cuando regresó lo hizo con ganas, lo primero que hizo fue renovar por completo el escaparate. Cambió todas las gafas expuestas y entre ellas intercaló distintos elementos decorativos, entre ellos prismas de vidreo; pero desde ese momento no lo había vuelto a tocar. Pensó que dos meses con el mismo escaparate era demasiado tiempo, aquella misma mañana lo volvería a cambiar.
Tras una noche de intensa tormenta llegó al trabajo caminando, como todos los días, pisando las calles mojadas. La humedad en el ambiente era considerable. Al abrir la puerta de la óptica vio un mosaico de colores en el suelo, los prismas del escaparate descomponían la luz de la mañana en numerosos arco iris y entonces se dio cuenta… Hacía ya dos meses que no tenía la regla.

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