martes, 25 de diciembre de 2018

CUARENTA AÑOS DESPUÉS





Eran mediados de Diciembre de 1978, la nueva Constitución Española acababa de ser aprobada por referéndum y las Navidades estaban a la vuelta de la esquina. En aquellas fechas pisé una óptica por primera vez en mi vida. Entré al establecimiento del amigo de mi padre de su mano, y un poco asustada.
– Te la traigo para dejar de oír a su madre con lo de: “A la chiquilla le duele la cabeza, a ver si va a ser de la vista” – e hizo un gesto de hastío – Ya sabes lo agotadoras que pueden ser las mujeres.
– Vamos a hacer que le eche un vistazo la chica que acabo de contratar, tu hija parece un poco asustada y  las mujeres tienen más mano con los niños; son más maternales – respondió el óptico.
– Pues ten cuidado con eso, ya sabes lo malo de contratar mujeres. Con eso de que son más maternales luego se quedan embarazadas y te dejan empantanado con todo el trabajo.
– Yo creo que de momento no tengo  de que preocuparme, ¿verdad bonita?
Me sorprendió que a pesar de su bata blanca y su aspecto profesional hablaran con ella en el mismo tono con el que me hablaban a mí.

La seguí hasta el gabinete. Con mucha paciencia extrajo con mi poca ayuda mi primera graduación. Era y soy astígmata, y durante diez años llevaba viendo el mundo con una percepción distorsionada.
Cuando salimos mi padre cuestionó la receta que la óptico le mostró, y su jefe no hizo ademán de defenderla. Le sugirió que para quedarnos más tranquilos me llevara a la consulta de un reputado y caro oftalmólogo. Hasta que aquel señor de bigote no le dio lo mismo escrito de su puño y letra no aceptó que su hija realmente necesitaba gafas y por eso le dolía la cabeza. Después de aquello empecé a ver el mundo con otros ojos en muchos sentidos.

Hoy, con mi medio siglo a las espaldas, sigo viendo que las mujeres tenemos que seguir haciendo visibles muchas injusticias que vivimos, pero con la esperanza de que la sociedad empieza a ser cada vez más consciente de nuestra realidad. Ojalá no sea necesario esperar cuarenta años más.

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