miércoles, 5 de septiembre de 2018

HARA



Toda la policía estaba volcada en la búsqueda del grafitero conocido como Hara. Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia y buscaron colaboración ciudadana, pero nunca se consiguió nada. Se esfumó con el mismo sigilo con el que pintaba.
Su primera obra resultó muy curiosa cuando apareció en una de las cuatro paredes de aquella manzana de barrio. Bajo una composición de puntos rojizos, aparentemente inconexos, podía la mayoría de la gente leer la palabra UN, compuesta por puntos de distintas tonalidades verdes. Se veía una clara inspiración en su obra de Ishihara, el método para detectar y clasificar las alteraciones para percibir los colores. El segundo graffiti fue más grande y escondía en su entramado de puntos rojos y amarillos la palabra MONSTRUO, en tonalidades verdosas. El tercero guardaba la palabra YACERÁ. Llegados aquí alguien encontró algo inquietante en la obra del artista urbano; pero lo peor vino con el cuarto. En aquel podía distinguirse entre los puntos AQUÍ, y a sus pies hallaron muerto al profesor. Él era residente en una de las viviendas de aquella manzana de casas. El por qué de su muerte lo imaginaron los encargados de la investigación al revisar el disco duro de su ordenador, pero ni idea de quien podría estar detrás del nombre de Hara.
Isabel no volvió a pintar y nadie sospechó de ella, como tampoco lo hizo el profesor al verla. Él no había envejecido lo suficiente para cambiar, pero ella si había crecido tanto como para que él no la reconociera. Ahora tal vez podría olvidarse de todo y olvidarse definitivamente de él, empezando por aquella curiosidad que le contó para ganarse su confianza sobre su problema de daltonismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA HIJA DEL FARERO

He oído decir que la séptima hermana de una familia siempre es bruja, y empiezo a pensar que debe haber algo de cierto en esa afirma...