domingo, 8 de julio de 2018

DE TIRANOS Y MIOPES




La primera vez que fantaseé con ser el Nerón de Quo Vadis estaba buscando mis gafas de corto de vista sobre el asfalto. Mirando a través de una esmeralda hubiera contado con algo más de dignidad desde aquella posición tirado en el suelo, de cualquier manera la imagen la veía en color verde: verde envidia.
Con todo lo grande que es la ciudad tuvo que tirarme de la moto el imbécil con su coche, y eso no era lo peor, lo peor fue que del asiento del copiloto bajó ella como acompañante. No usaría gafas como yo pero era igual de miope, una miope emocional de manual. Amaba a alguien incapaz de corresponderla en la misma medida y que no estaba dispuesto a ofrecerla nada de todo aquello que deseaba para ser feliz y a mí, que haría todo eso gustoso solo por verla sonreír, ni me veía. Tirado y hundido como estaba sobre el asfalto decidí que merecían un escarmiento
Cierto es que me llevaron a urgencias y cuidaron de mi, no se portaron mal, pero durante todo ese tiempo que estuve convaleciente yo seguí viéndome como Peter Ustinov haciendo de Nerón urdiendo una venganza. Finalmente llegó el día, y mientras tocaba una lira invisible a una distancia prudencial, no dejé de observar como el fuego hería de muerte a aquella pareja. Él lloró por su coche lo que nunca lloraría por ella, y ella por fin lo vio… me sentí todopoderoso tras quemarle el coche.

5 comentarios:

  1. Haría falta alargar un poco el texto para que se ligase a la chica...y de cerca le gustase lo que veía...

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  2. No sé, no sé, igual este otro chico tampoco la conviene ;-P

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  3. Muy bien llevado, la verdad. Además tiene mucha fuerza. Un placer conocer tus textos. Un abrazo.

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