lunes, 25 de junio de 2018

LUCES Y SOMBRAS

No hay sombras sin luz, y desde ningún lugar se ve con más claridad la luz que desde las sombras. La vida misma es una lucha entre periodos de luz y tiempos de sombras. Nacemos saliendo de la oscuridad a la luz y morimos cerrando nuestros ojos a la espera de una nueva luz que seguir. Y entre las diferencias entre estas dos antagonistas destacaría que la luz es predecible mientras que las sombras nunca se sabe cómo van a surgir.

Hacía diez años Copeland había patentado el retinoscopia y tan solo uno que Germán lo tenía entre sus manos en su pequeña óptica en una capital de provincias. Con aquel aparato, y su habilidad, interpretaba las sombras que generaba la luz del artilugio sobre los ojos de sus pacientes, así extraía la graduación exacta que necesitaban portar en sus gafas para sacarlos de las tinieblas de los que no ven con claridad.
Estaba entusiasmado, vivía convencido de que muchos días buenos le esperaban en su negocio ajeno a los rumores de las tertulias políticas. Era 16 de Julio de 1936.

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