lunes, 16 de abril de 2018

ESTO ES HALLOWEEN


  

  Era 31 de Octubre, ya había oscurecido, y Oti se preparaba para cerrar. Hacía poco más de un año que había iniciado su andadura empresarial en la óptica y por primera vez sentía esa angustia en el corazón que solo los autónomos conocen. Octubre había sido desastroso. En estos pensamientos estaba cuando el sonido de la puerta al abrirse la devolvió a la realidad.
– ¿Tiene lentillas de colores? – preguntaron unos estremecedores ojos de iris rojos naturales – Marrones a ser posible.
Oti empezó a rastrear en el disco duro de su memoria, dentro de la carpeta de patología ocular, hasta dar con las palabras albinismo oculocutáneo.
– Sí tengo. – dijo al mismo tiempo que pensaba que por fin iba a tener una imagen que presentar a la Gaceta Óptica – ¿Me permite hacerle una foto a sus ojos?... son extraordinarios.
 Gracias, por supuesto. Pero primero cóbreme las cajas, por si acaso.
Pasaron al gabinete. Ya sentado frente a la lámpara de hendidura Oti ajustó el ocular, enfocó la imagen y disparó la cámara. En el monitor no se registró ninguna imagen. Repitió la operación y otra vez falló. Entonces se giró para comprobar la conexión de los cables y en el espejo a su espalda tan solo vio su reflejo.
– Ve como era mejor que me cobrará antes. – le dijo burlón.
Se volvió de nuevo hacía él. Ojiplática y muda lo vio  levantarse, despedirse y salir.
¿Alucinación o cosas de la noche de brujas?… mejor ahorrarse la anécdota.

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